Esto es lo que hemos hecho con la comida de nuestra gata. Religiosamente cada mañana y cada tarde ella recibía 40 gramos de su pienso especializado. Sin embargo, decidimos darle un voto de confianza y le compramos un dispensador de comida que permitía al felino acceder a su comida cada vez que le plazca. Yo, como saben que lo médico me tira mucho, la he pesado cada día para observar si habían consecuencias en su peso. ¡Diantre! En 8 días ha aumentado 600 gramos, un 18% de su peso inicial.
Así pues, la aventura all-you-can-eat ha finalizado y el dispensador será destruido.
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