Ya viene siendo una tradición. Cada año, cuando la Mercè se aproxima (24 Septiembre) guardo la ropa de verano y saco la de invierno.
Es gracioso redescubrir la ropa otoñal. Me siento casi como si la estuviera comprando de nuevo. Cada prenda tiene asociado un sentimiento. El suéter que llevé cuando empecé ese trabajo el pasado Enero. El traje que llevé la primera vez que hablé en público un Noviembre (este traje ya es muy viejo). Los pijamas que me compré a tan buen precio la temporada semana. Las faldas que cada temporada saco y guardo de la misma forma, esperando al día que pierda peso y pueda entrar en ellas de nuevo (sic).
Scientists criticize USDA for inadequate and slow data sharing on H5N1 flu
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Scientists are expressing frustration over the slow release of data from
the US Department of Agriculture’s investigation into a recent bird flu
outbreak...
Hace 7 horas