Vuelvo a mi olvidado blog con el propósito de defender ése tiempo mío fuera de mi dichoso trabajo. Y me doy cuenta de que el blog ha cumplido un año y las efemérides de las 2.000 y 3.000 visitas han ocurrido ya.
Y entonces me doy cuenta de que me apetece escribir sobre cosas que ya traté el año pasado y de que, habiendo pasado 12 meses me vuelvo a fijar en los mimos acontecimientos. La primera rosa que florece en mi jardín, la primera tarde en la que veo las golondrinas, el cambio de ropa por la nueva temporada. El nuevo año, los propósitos... ¡Suena aburridísimo! Quizá Nietzsche tenía razón y todo está condenado a repetirse en aburridos retornos. Igual que nosotros repetimos nuestras costumbres, la Humanidad repite sus ciclos. Guerras, crisis económicas, alianzas de derechas, alianzas de izquierdas...
Así que, de ahora en adelante, ¡me lo voy a currar mucho para no repetirme en este blog!